Si convives con un perro puede que hayas oído hablar de los “grupos de socialización” y quizá no sepas bien qué son o si te conviene apuntarte.
Se trata de actividades grupales para personas y perretes, normalmente paseos pero no solo, que son organizadas y diseñadas por educadores caninos para intentar que los canes puedan interactuar de manera supervisada.
Antes de decidir unirte, es crucial comprender las características que deben cumplir estos grupos. Existen diferentes formas de llevarlos a cabo, y no todas las experiencias serán positivas para ti y tu perro. Es fundamental que tu can se encuentre cómodo en todo momento, que no se vea sobrepasado, abrumado o pase miedo. También que los perros se respeten entre sí y no se den situaciones de bullying. Y por supuesto, que los educadores caninos no utilicen castigos y estén actualizados
Beneficios de un grupo de socialización canina
Participar en un grupo bien gestionado es beneficioso para los perros porque les ayudará a resolver mejor los encuentros cotidianos con otros canes. Es una actividad en la que pueden aprender (o mejorar) sus habilidades comunicativas y sociales.
Algunos grupos también ayudan a los perros a adaptarse a diversos entornos, tanto urbanos como rurales, familiarizándose con los estímulos presentes en ellos como coches, bicicletas, personas y otros animales.
Además, pueden ser una oportunidad para que los tutores aprendan a interpretar la comunicación canina, comprendiendo mejor situaciones como cuándo su perro está cómodo o si un encuentro con otro perro es amistoso.
Participar en estas actividades fortalece el vínculo entre tu perro y tú, ya que ambos compartiréis experiencias positivas. Con la orientación de un profesional, aprenderás a anticipar y manejar situaciones estresantes para tu perro o sabrás cuando te pide ayuda.
¿Cuándo es recomendable apuntarse a un grupo de socialización para perros?
En general, cualquiera puede beneficiarse de estos grupos, siempre que el perro no tenga dificultades que le impidan integrarse adecuadamente. Por ejemplo, si tu can reacciona por miedo a perros o personas, debe realizarse una terapia individual y, más adelante, ver si se puede integrar en grupo como complemento.
Es especialmente recomendable si tu perro no interactúa regularmente con otros perros, si es un cachorro o adolescente en etapas cruciales de desarrollo, o si tiene tendencias a la inseguridad debido a experiencias previas.
¿Qué debe y no debe tener un grupo de socialización canino?
Es fundamental saber valorar si una actividad de este tipo se realiza de forma correcta ya que un grupo de socialización mal desarrollado puede ser muy contraproducente tanto para tu perro como para tí.
Puntos positivos:
- Valoración previa.
Es esencial que el profesional observe a tu perro antes de integrarlo en un grupo para determinar si será bueno para él o ella y qué tipo de grupo necesita. - Grupos reducidos.
Esto variará dependiendo del entorno, el carácter y edad de los perros, la experiencia de sus tutores y la habilidad del profesional. El o la profesional tiene que poder estar al tanto de lo que ocurre con todos los perros. Cinco o seis perros máximo es un buen número. - Entorno adecuado.
Una plaza muy transitada puede ser un espacio adecuado si ese día queremos hablar de socialización de entornos urbanos, pero quizá no sea lo mejor si buscamos analizar interacciones entre perros. - Bienestar de todos los participantes.
Tanto los perros como las personas deben sentirse cómodos y seguros. - Compatibilidad.
Los perros que participen deben ser capaces de establecer comunicación entre ellos y generar una relación equilibrada. El objetivo es que se aporten entre ellos para que puedan crecer como grupo.
Puntos negativos:
- Grupos masificados.
Evita los grupos con demasiados perros. - Falta de supervisión.
No escojas grupos en los que suelten a los perros sin ningún tipo de supervisión o gestión. La relación de los individuos debe ir forjándose progresivamente, cogiendo confianza entre ellos. - Incompatibilidades.
Pueden ser un problema y no deberían ocurrir. Por ejemplo, cachorros que agobien a seniors o perros que tiendan moverse rápido con perros a los que ésto les pueda estresar o poner nerviosos. - Acoso o bullying.
No debe permitirse que uno o más perros agobien a otro. - Ausencia del tutor o tutora.
Debes estar presente para aprender junto a tu perro. - Perros con problemas de comportamiento o dificultades.
No son el lugar donde trabajarlos. En determinados casos, pueden servir de apoyo a una terapia, pero nunca sustituirla. - Solo enseñan trucos.
Los grupos que se enfocan en enseñar habilidades o trucos a los perros no son recomendables. - Uso de castigos.
Evita grupos que utilicen correcciones, collares de ahorque, o conceptos como “alfa” o “dominancia”. - Perros incómodos.
Si tu perro está agobiado o inhibido, ese no es el grupo. - Sesiones puntuales.
La estabilidad es clave; evita reuniones ocasionales sin continuidad.
Conclusiones
Los grupos de socialización, cuando están bien organizados, son espacios ideales para el desarrollo de la mayoría de los perros. Además, participar en estos grupos te permitirá aprender más sobre la comunicación canina y mejorar la relación entre vosotros, enriqueciendo vuestro día a día.
Es importante tener en cuenta que estos grupos no están diseñados para abordar problemas de comportamiento. En algunos casos, pueden servir como apoyo, pero no son un sustituto de una terapia individual específica. Su objetivo tampoco es la educación formal ni la enseñanza de obediencia.
No todos los grupos son iguales. Es crucial elegir un profesional que valore previamente a tu perro para determinar si le será beneficioso y qué tipo de grupo es el más indicado.
Asegúrate de que no esté masificado, que utilice metodologías actualizadas y respetuosas, y que tanto tú como tu perro os sintáis cómodos y seguros en ese entorno.
Mitos
No todos los perros necesitan ni disfrutan de la compañía de otros perros. Esto no necesariamente es un problema o algo malo. Varios factores pueden influir, como la edad; por ejemplo, muchos perros senior no quieren interactuar con cachorros debido a su alto nivel de actividad. También puede darse el caso de que simplemente no disfruten de la compañía de otros perros. Si tienes dudas sobre las necesidades sociales de tu perro, consulta con un profesional.
Si tu perro juega en el grupo de socialización, es fantástico, pero ese no debería ser el único objetivo. Las relaciones entre perros son complejas y no se limitan a jugar o pelear. Un buen grupo de socialización debe abordar esta complejidad y ayudar a los perros a desarrollar una gama completa de habilidades sociales.