Ir a la peluquería puede ser un verdadero reto emocional para muchos perros: sufren miedo y estrés, incluso dolor. Por eso sus familias, para evitarles el mal rato, dejan de llevarlos, o los llevan solo cuando es absolutamente imprescindible, lo que es perjudicial para su bienestar.
Por eso es tan importante concienciar sobre las peluquerías caninas de bajo estrés y enseñar a los tutores de perros a aprender a identificarlas.
¿Qué es una peluquería de bajo estrés?
En los últimos años se ha desarrollado un tipo de peluquería canina que se preocupa tanto por el bienestar físico como por el bienestar emocional de los perros. Los profesionales en este tipo de establecimientos no buscan una estética bonita a cualquier precio si no que ponen el foco en que la sesión sea lo más cómoda posible para el animal.
Las peluquerías caninas de bajo estrés tratan en todo momento de minimizar los estímulos estresantes, dándole a la sesión un carácter de juego, donde la calma y las buenas experiencias se sobreponen a la necesidad de una estética de catálogo. La peluquera entenderá a tu perro, pues ha estudiado previamente educación canina amable o, al menos, tiene formación comprobable de comunicación y lenguaje caninos.
No vas a encontrar ruidos, ni olores desagradables y fuertes, ni, normalmente, más perros en la misma sala. La sesión de peluquería se concibe como un momento íntimo y tranquilo para tu perro, sin aversivos, correas que se cierran al cuello o jaulas donde secarse o esperar.
Hay que tener en cuenta, eso sí, que tampoco hacen milagros. Aunque la peluquera se esfuerce por garantizar un servicio lo más neutro y amable posible, los miedos, las inseguridades y el estado del pelo de cada perro son únicos y pueden determinar el transcurso de la sesión.
No siempre es fácil encontrar peluquerías caninas de bajo estrés pero cada vez más tutores demandan un servicio así y esto fomenta que más profesionales se formen para ofrecerlo. Pero es importante reconocer las que de verdad lo son de las que solo lo anuncian sin, realmente, entender cómo garantizar el bienestar de sus clientes caninos.
Formas de reconocer una peluquería de bajo estrés
Puedes fijarte en esta lista para saber si realmente estás llevando a tu perrete a una peluquería de bajo estrés o no.
Recuerda, cuantos más puntos cumpla, ¡mejor! Y si los cumple todos, enhorabuena, probablemente estés dejando tu perro en muy buenas manos.
- Tu perro manda: no se hará nada para lo que tu perro no esté preparado. Las sesiones serán tranquilas, despacio, sin correr. Se introducirán las herramientas poco a poco y se darán todos los descansos necesarios. ¡Nada de meter prisa!
- Espacio amable: el espacio de la peluquería debería ser amplio, luminoso, con colores neutros y que el perro pueda apreciar. La música será calmada y, preferiblemente, rock suave, música clásica, o reggae; estos son los estilos que más calman a los perros. También tendremos en cuenta la temperatura, ya que mucho calor o mucho frío hará a tu perro sentirse incómodo. Usar aromaterapia o feromonas para que tu perro se sienta más tranquilo también es un buen indicador.
- Sabe cómo tratar a tu perro: una buena peluquera de bajo estrés sabe cómo tocar o manipular a tu perro de manera amable. También estará formada en educación canina y, sobre todo, comunicación, por lo que tendrá una buena idea de cuándo darle espacio, dónde colocarse para darle mayor seguridad, cómo moverse por la sala sin ser una preocupación añadida para tu perro…
- Habrá aprendizaje: al ser profesionales de la educación canina amable, podrán trabajar con refuerzos positivos y premios para ayudar a tu perro en procesos de habituación, desensibilización y aprendizaje en el servicio.
- Sin restricciones: en las peluquerías tradicionales es muy común el uso de correas de ahorque o cuerdas que restrinjan el movimiento del perro. En cambio, en las peluquerías de bajo estrés solo se usarán correas fijas que no dañen al perro, y siempre y solo como medida de seguridad puntual, como en la bañera o sobre una mesa muy alta. Idealmente, podrá estar suelto por la sala, a su aire.
- Nada de jaulas ni bozales: aunque es muy común el uso de jaulas en las peluquerías tradicionales, no verás ninguna en una peluquería de bajo estrés. Las de secado tampoco, ya que al estrés de estar encerrados se le puede añadir el estrés del aire caliente continuo, por muy suave que se presente. Del mismo modo, no habrá bozales, pues en el mero hecho de llegar a morder ya está comunicando que se están pasando límites que no se deberían haber pasado.
¿Qué puedes hacer tú en casa?
Como ya hemos visto, en este tipo de peluquerías se trata de minimizar la sensación de estrés y miedo que tu perro pueda sentir. Pero, ¿toda la responsabilidad recae en el saber y hacer de la peluquera? Lo cierto es que no.

Hay varios factores que deberás tener en cuenta para asegurarte de que en la peluquería de bajo estrés puedan hacer un buen trabajo desde el principio.
- Peina a conciencia a tu perro antes de ir a la peluquería. Esto minimizará el exceso de nudos o muda, y evitará posible dolor en la piel. Así reducirás el tiempo de exposición dentro de la peluquería, ayudando a mejorar la experiencia en el espacio y en la sesión. Si necesitas ayuda para peinar a tu perro, seguro que la peluquera podrá ayudarte con consejos y ejercicios específicos para ese problema.
- Dale un buen paseo antes de llegar a la peluquería. Así ayudarás a que entre con sus necesidades cubiertas. También le ayudará a descargar energía, por lo que podrá llegar antes a la calma dentro de la sesión.
- Ve con regularidad. Es muy difícil habituarse a un proceso cuando las sesiones son muy esporádicas.
- Si tienes un cachorro, ve en cuanto tenga todas las vacunas. La exposición temprana, controlada y regular será fundamental para ayudar a tu perro a llevar sin estrés las sesiones futuras.
- Sé comprensivo con el peluquero. Todos queremos que nuestro perro esté lo más guapo posible, pero si has escogido una peluquería de bajo estrés es porque tus prioridades son otras. Si hay algo que no ha quedado perfecto en el corte de tu perro, no le des la máxima importancia.
Conclusiones
Ir a la peluquería canina es algo necesario para muchos perros y no tiene porqué ser un trauma. En la medida de lo posible, es útil cuidar del pelo de tu can en casa pero resulta crucial dedicar tiempo a localizar una peluquería de bajo estrés donde puedan atenderle de manera amable: en estos establecimientos ponen por delante el bienestar físico y emocional de tu perro, antes que la estética.
Mitos
Se cree que las peluquerías de bajo estrés emplean más tiempo en la sesión y, por ende, implican un coste desproporcionado. Si bien pueden requerir más de dedicación individualizada para habituar y tranquilizar al perro, esto no significa necesariamente un incremento excesivo de la tarifa. Además, este cuidado adicional reduce el riesgo de incidentes, promueve el bienestar del perro y puede ahorrar gastos veterinarios a largo plazo por lesiones o estrés crónico.
Existe la idea de que ante un perro muy ansioso o con malas experiencias previas, lo recomendable es no llevarlo a la peluquería para evitarle otro mal trago. Justamente, las peluquerías de bajo estrés ofrecen la posibilidad de trabajar con esos miedos de manera gradual, creando asociaciones positivas y respetando límites. Así, incluso perros con altos niveles de ansiedad pueden aprender a tolerar e, idealmente, disfrutar las sesiones de aseo cuando se adaptan a sus necesidades individuales.