Perros interactuando en un pipican

¿Mi perro sufre bullying? Cómo identificarlo

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Sí, el bullying también puede darse en el mundo canino y con frecuencia pasa desapercibido para las personas. Sucede cuando un perro es acosado o perseguido por otros, cuando no se respetan sus señales pidiendo espacio. También cuando un can no permite a otro relacionarse, explorar o acercarse a determinadas zonas y lo expulsa de ellas. 

Es fácil escuchar frases como “que se entiendan entre ellos” o “solo están jugando” cuando no es así. Es importante aprender a distinguir cuándo es juego y cuándo no y saber identificar cuándo nuestro perro muestra incomodidad para poder intervenir.

La importancia de la comunicación canina

Los gestos son una parte muy importante del lenguaje de los perros, de cómo se comunican entre ellos y con nosotros, complementados por gimoteos, gruñidos, ladridos y marcajes químicos.

Cuando no identificamos correctamente esas señales podemos malinterpretar lo que nos dicen nuestros canes. Por ejemplo, un perro que llega a un pipican y comienza a correr como un loco o a ladrar sin parar puede no estar disfrutando sino intentando mantener a los demás a distancia y liberando el estrés que le produce la situación.

Si aprendemos a identificar y “traducir” correctamente estas señales entonces podremos observar: 

  • Cómo nuestro perro se aproxima a otros trazando una curva o deteniéndose en el camino para evaluar y presentarse. Esto les permite obtener información el uno del otro antes de saludarse y, en caso de que vean que no va ir bien, prevenir el conflicto yendo cada uno por su lado. 
  • Señales de incomodidad como lamerse el hocico, bostezar o sacudirse (como si estuviera mojado).
  • Durante el juego, cuando se relacionan amistosamente, los roles pueden cambiar (ahora tú me persigues, ahora yo te persigo), hacen pausas y muestran cuerpos relajados y movimientos fluidos.

También puede ocurrir que haya perros que están jugando mientras que otros lo están pasando mal (mostrando señales de incomodidad o pidiendo espacio), por lo que nuestra intervención es importante.

Esto ocurre mucho más en espacios cerrados, como los parques para perros, ya que es más difícil que cojan espacio o escapen, así como entre grupos de perros que apenas se conocen o en situaciones en las que tienen niveles de actividad muy distintos: por ejemplo, varios cachorros con un perro sénior, o un perro de carácter muy tranquilo con otro muy activo.

Cómo saber si tu perro sufre bullying

Conocer el lenguaje canino es esencial y para ello puedes apoyarte en cursos o libros especializados. Además, deberás observar a tu perro en el día a día, para entender qué señales son las que más usa y cuando. 

En cuanto al bullying hacia un perro, hay algunas situaciones más fáciles de observar que otras:

  • Un perro que es constantemente perseguido por uno o varios canes podría no estar disfrutando, sino tratando de huir. Observa si siempre es el mismo perro el que es perseguido, si no hay pausas en el “juego”, si busca refugio o muestra señales de miedo o estrés.
  • Un can que ladra o marca al aire continuamente probablemente no está jugando, sino tratando de evitar la situación pidiendo espacio porque se siente incómodo. Si se queda tranquilo una vez que los otros perros se alejan, estaba agobiado..
  • También es habitual ver perros que se quedan congelados (freezing) o se esconden detrás nuestro o bajo un banco. Están buscando refugio y protección porque tienen miedo o no se sienten a gusto.
  • Un perro que intenta “frenar” a otro sobreexcitado o que está perjudicando al grupo puede hacerlo con su cuerpo, empujando o interponiéndose, o mediante ladridos y gestos. Sin embargo, esto también puede deberse a incompatibilidad de caracteres, como un perro pastor que intenta controlar el movimiento de un perro joven muy activo…
  • Es habitual encontrarse con grupos de perros que van juntos siempre al pipican o al parque y que no dejan a otros canes acercarse o, incluso, se echan encima de cualquier perro nuevo que aparezca.
  • En algunas residencias caninas, especialmente las más tradicionales, la acumulación de muchos perros en espacios reducidos y con alto estrés puede fomentar comportamientos de acoso.
  • En ocasiones, en cursos de cachorros que no están bien organizados, puede haber situaciones de bullying, como un cachorro más tímido o pequeño que es avasallado por los demás. 

No solo los perros pueden acosar a otros perros; las interacciones humanas también pueden ser problemáticas. 

Debemos prestar especial atención a cómo nos presentamos o interactuamos con ellos. A veces, sin darnos cuenta, no respetamos sus espacios, acercándonos demasiado y haciéndolos sentir incómodos. Esto incluye acariciarlos, tocarlos o levantarlos sin asegurarnos de que lo disfrutan.

Un perro no tiene por qué tolerar esto y mucho menos gustarle, y es normal que muestre su incomodidad. Es importante evaluar si lo que hacemos es realmente necesario o si podemos hacerlo de una manera menos molesta para el perro.

Los niños, sin querer, pueden agobiar a un perro mediante manipulaciones bruscas como coger el rabo, tirar de las orejas o meter la mano en su boca. 

Un “juego” común es perseguir al perro, pero muchas veces esto no es un juego para el perro, y solo intenta sobrellevar la situación. Siempre que haya niños y canes juntos, es crucial supervisar las interacciones para evitar que se den estas situaciones.

Recomendaciones si nuestro perro sufre bullying

Si sospechas que tu perro está siendo acosado por otros, lo primero que debes hacer es evitar, en la medida de lo posible, que experimente estas situaciones. Puedes optar por dejar de visitar ese pipican, buscar una zona más tranquila y adecuada, o evitar salir con la misma “pandilla” canina. Aunque estos cambios puedan resultar inconvenientes para ti, son esenciales para el bienestar de tu perro.

Es importante analizar las razones detrás de estas situaciones y comprender las necesidades específicas de tu perro:

  • Espacios Reducidos: si tu perro se agobia en sitios así, evita parques pequeños, pipicanes y reuniones en jardines donde haya varios perros.
  • Grupo de Perros: si los perros con los que suele estar le estresan, puede ser que no respeten sus necesidades, no tengan buenos modales o que simplemente no encajen en intereses y carácter. Busca un grupo de perros que sean compatibles con el tuyo en términos de nivel de actividad, tipo de juego e intensidad.
  • Pandillas de Parque: Evita las reuniones en parques donde los perros se relacionan mientras sus humanos están charlando sin moverse. Al estar todo el rato en el mismo lugar, los perros pueden sobreexcitarse y adquirir malos aprendizajes. Si decides ir en grupo, es mejor hacerlo paseando, lo que ofrece nuevos estímulos (una planta, un charco, un olor) y evita que los perros se concentren únicamente en interactuar entre ellos y se acaben dando situaciones de bulliyng.
  • ¿Tu can disfruta de los perros? No todos los perros disfrutan de la compañía de otros canes. Esto no necesariamente indica dificultades sociales, sino una preferencia personal. Si este es el caso, evita zonas con muchos perros sueltos que puedan agobiarle y enfoca los paseos en actividades que realmente disfrute.
  • ¿Le dan miedo los perros? Hay canes que al sentir que el tuyo está inseguro, respetarán su espacio, pero otros no se enterarán y querrán relacionarse. En esa situación tu can querrá evitarles pero será acosado, no hay nada peor para superar esos miedos. 
  • Comunicación con tu Perro: Observa y escucha a tu perro. Si muestra signos de incomodidad, como negarse a entrar en ciertos espacios, mirar hacia la salida una vez dentro, resistirse a dirigirse hacia un parque, buscar distancia cuando se encuentra con otros perros, o mostrar desinterés en su “pandilla” habitual, es probable que no esté disfrutando de esas situaciones.

Conclusiones

El acoso entre perros puede tener múltiples consecuencias negativas, tales como generar estrés, deteriorar su capacidad comunicativa, inducir miedo a otros perros e incluso llevar a la depresión. 

Si te preocupa que tu perro esté sufriendo bullying, la mejor recomendación es aprender a interpretar el lenguaje canino.

Los pipicanes, los parques caninos con espacio reducido o mucha cantidad de perros y otros lugares de características similares son espacios donde es fácil que se produzcan situaciones de acoso.

Sin olvidar, por último, que la sociabilidad de nuestro perro es un rasgo individual, igual que su nivel de actividad, por lo que buscar grupos de canes afines (en caso de que disfrute de la compañía de otros) siempre será una mejor opción que intentar que se adapte a situaciones en las que no tiene mucha experiencia o pericia.

Mitos 

No es cierto. Habitualmente, ese miedo acompañado de no poder “salir de la situación” acaba convirtiéndose en comportamientos más visibles que le ayudan a abandonar el lugar o evitar que se le acerquen: ladrar, marcar a otros perros, tratar de huir y un largo etcétera.

Los perros tienen caracteres muy distintos y, en ningún caso, las relaciones se construyen basadas en la imposición y la fuerza. Si tu perro no sabe “hacerse respetar”, ayúdale; si no respetan a tu perro, ahí no es.

No siempre tienen que entender así como no siempre van a estar preparados para gestionar conflictos sociales, como un adolescente que quiere jugar con un perro al que no le apetece. Hay muchos factores que pueden afectar a la comunicación como la morfología del perro, la socialización que haya tenido, sus experiencias… Las personas con perro debemos supervisar estas situaciones para velar por el bienestar de todos.

Referencias
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