Cachorros relacionándose durante la etapa de socialización del cachorro

Bozales para perros: ¿cuándo, por qué y cuál es el más recomendable?

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Índice

No hay ningún motivo para estigmatizar a los perros que llevan un bozal. 

Hay diversas razones por las cuales un can podría tener que llevarlo puesto: a veces es obligatorio, por ejemplo en algunos transportes públicos o si se trata de una raza catalogada como potencialmente peligrosa, otras es necesario en momentos puntuales como ante una urgencia veterinaria pero en más de una ocasión podría, sencillamente, ser una opción útil.

Lo que siempre será indispensable para el bienestar del can es elegir el bozal correcto e invertir tiempo en conseguir que se habitúe a llevarlo sin que le genere excesivo estrés. Ten en cuenta que algunos bozales son peligrosos porque no permiten a los perros jadear.

El uso del bozal: ¿cuándo es obligatorio y cuándo recomendable o útil?

Para muchas personas un perro que lleva bozal es inmediatamente “agresivo” solo por el mero hecho de llevarlo pero la realidad es que los canes pueden usar bozal por multitud de razones.

Las connotaciones negativas son dañinas: no solo estigmatizan a los canes sino que hacen que muchos tutores descarten habituar a su perro al bozal al considerar que nunca lo necesitará y lo cierto es que es bien útil que tu perro esté acostumbrado al bozal aunque solo tenga que ponérselo muy esporádicamente.

El bozal es obligatorio para perros catalogados como PPP, potencialmente peligrosos, y también para todos los perros que viajan sin transportín en transporte público (Cercanías, Metro, Tren, etc.)

El bozal resulta casi imprescindible en situaciones de peligro para la salud del perro, por ejemplo si es muy basurillas, si tiene pica (enlace artículo Pica) o si sufre problemas digestivos y hay que garantizar que no coma nada de la calle mientras se ponen en práctica las terapias necesarias para reconducir esos problemas.  

El bozal es una herramienta útil que se usa con frecuencia en clínicas veterinarias en momentos puntuales, cuando tienen que manipular a tu perro si tiene una herida o si sufre dolor para garantizar la seguridad del personal. 

Aunque es preferible el uso de collares isabelinos, almohadillas hinchables o algunos vendajes, para determinadas heridas por localización o gravedad, el bozal puede evitar que el can se chupe o haga daño con los dientes.

Si tu can está habituado, el bozal podría ser recomendable y útil si por la zona que sueles pasear han surgido peligros como venenos, anzuelos, etc. Pero, en la medida de lo posible, casi sería mejor buscar una nueva zona segura de paseo.

Y, por supuesto, cuando hay algún riesgo de que un perro pueda hacer daño a otros canes o a personas un bozal puede ser imprescindible y además aportar tranquilidad temporal a su tutor mientras trabaja, siempre en colaboración con un buen profesional de la educación canina, para reconducir esos comportamientos.

¿Qué tipos de bozal para perros existen? ¿Cuál es el bozal más adecuado para tu can?

En el mercado puedes encontrar muchos tipos de bozales de diversos materiales: lo primordial a la hora de elegir, además de tener en cuenta el tamaño y la forma de la cabeza de tu perro, es su bienestar y salud: tiene que poder respirar cómodamente, jadear y -dependiendo de la razón por la que le estés colocando el bozal- también beber agua.

En caso de que lo tenga que llevar de manera prolongada o habitualmente, ten mucho cuidado con los roces y no dejes nunca solo a tu perro con bozal.

Por otro lado, date cuenta que el bozal es una barrera material e interfiere en la capacidad comunicativa de tu perro con sus congéneres y humanos, por no hablar de la estigmatización social que genera, así como la posible incomodidad de su uso.

Aquí te resumimos los tipos de bozales recomendables, menos recomendables y directamente nada recomendables:

Bozales de cesta o canastilla: son, normalmente, los más recomendables. 

Suelen tener una especie de cesta alrededor del hocico del perro. Son ligeros, se fabrican en plástico u otro material resistente y se ajustan cómodamente a la cabeza del perro. 

Algunos, pero no todos, permiten al perro comer trozos pequeños de comida o beber agua.

Algunos tienen una cinta que va sobre la cabeza del can además de las correas laterales.

Si la razón por la que tu perro lleva bozal es para evitar que coja cosas del suelo entonces, lógicamente, deberías optar por el bozal de cesta que sea algo más restrictivo.

Son adecuados para sacar al perro a pasear o al parque. 

Bozales de tubo: Este tipo de bozales no son nada recomendables, solo deben usarse en momentos muy concretos, breves y supervisados en todo momento por profesionales.

Tienen forma cilíndrica y suelen estar hechos de telas resistentes, nylon e incluso cuero. Algunos se pueden ajustar para ampliar su espacio pero muchos son fijos. 

La mayoría de los bozales de tubo no permiten al perro abrir la boca, por lo que no puede beber, comer o jadear.

Bozales para perros de hocico muy alargado: similar a los bozales de cesta pero diseñados específicamente para galgos o perros de hocico alargado. 

Suelen ser muy cómodos y tienen las mismas características: el perro puede respirar y, dependiendo de la canasta del bozal, incluso beber agua o comer. 

Bozales para perros de morro chato o corto: suele ser más complicado encontrar bozales para canes braquicéfalos o de morro corto pero existen. Además de tener dos cintas que pasan debajo de las orejas y se cierran en la nuca del perro, poseen una tira que pasa en la frente del perro o en la parte inferior y que se conecta a las cintas traseras.

Bozales a medida: Esto puede ser recomendable para perros que tienen que llevarlo todo mucho tiempo al día o para aquellos a los que no les encajen los modelos estándar…)

Ronzal: Un ronzal no es un bozal y es muy peligroso.  

Estos collares o ronzales de cabeza, también conocidos como “bozales de cinta” o tipo Halti, no son realmente bozales, sino que son collares que llevan una extensión de cinta alrededor del hocico del perro. Están más orientados a entrenar a los perros a pasear sin tirar de la correa pero pueden abrir la boca perfectamente a no ser que apliques un tirón, por lo que no cumplen la función que deberían como bozal. No son seguros y además tu perro puede sufrir lesiones.

¿Cómo elegir el bozal adecuado?

Para elegir bien se tiene que pensar en las características del perro y sobre todo en su tamaño y en la forma del hocico. Si quieres saber qué número de bozal es el mejor para tu perro mide desde la punta de la nariz hasta la parte del hocico donde están los ojos o lléva a tu can a una tienda especializada para elegir el tamaño de bozal más adecuado. Un bozal demasiado grande podría no ajustarse a su hocico y el perro podría quitárselo fácilmente. 

¿Cómo conseguir que un perro se acostumbre al bozal?

El bozal debe introducirse siempre de manera progresiva y puede ser un proceso de semanas o meses. Algunos lo llevarán como si nada y para otros siempre será algo ligeramente incómodo. 

Cada perro es un mundo y hay muchas estrategias posibles que hay que ir adaptando, pero de manera muy resumida, estos serían 4 sencillos pasos:

  1. Preséntale el bozal:
    1. Haz que el primer contacto genere buenas sensaciones: deja el bozal en el suelo (si tu can es asustadizo evita que pueda moverse al olfatearlo) y deja comida alrededor, sobre y dentro del bozal. Deja que huela el bozal y entrégale enseguida un trocito de comida. 
    2. Después pon comida dentro del bozal de forma que tenga que introducir su cabeza para cogerla. Deja un premio en la palma de tu mano y el bozal encima. Guíale para que coloque el hocico siguiendo el señuelo de comida. Prémiale con el bozal puesto sin atar.
  2. Aumenta el tiempo en el que el hocico del perro está dentro del bozal:
    1. Una vez que meta la cabeza de forma fluida se trata de que vaya aguando cada vez más tiempo con la cabeza dentro. Para eso no des el premio inmediatamente, espera medio segundo, di “bien” u otro marcador de refuerzo positivo y entonces entrégale el premio a través de la apertura. 
  1. Habitúa al perro a las correas del bozal:
    1. Mientras la nariz de tu perro está dentro del bozal esperando el próximo premio, empieza a levantar las correas del bozal cerca su cabeza, luego déjelas caer y dele un premio. 
    2. Una vez que ha ganado confianza y no muestra signos de que le molesten las correas alrededor de la cabeza, abróchalas y desabróchalas al momento. Luego dale un premio. Aumenta el tiempo en el que las correas permanecen abrochadas progresivamente.
  2. Hazlo divertido:
    1. El siguiente paso sería comenzar a hacer juegos de olfato con el bozal puesto con las correas, que dure poco y siempre quitando el bozal antes de que termine el juego.
    2. Cuando ya tolere bien el bozal, coloca bien las cintas, las cierras y acostúmbralo a llevarlo puesto paseando un ratito por casa o cuando vamos a zonas que le gusten, donde esté entretenido y disfrute de olfatear (como el campo). Iremos poniéndoselo tiempos cortos y aumentando progresivamente.

Conclusiones

  • Hay muchas razones por las que un perro puede llevar puesto un bozal, no está necesariamente relacionado con su comportamiento. 
  • El bozal es obligatorio para los perros considerados “PPP”, potencialmente peligrosos y también para cualquier can que utiliza el transporte público yendo con correa. 
  • Es crucial elegir un bozal que permita a tu perro respirar y jadear con comodidad. 
  • Es importante acostumbrar a tu can a llevar bozal de manera gradual y amable.

Mitos

Hay perros más sensibles que otros, la clave está en hacer un buen proceso de habituación. Si se coloca sin un trabajo previo, es normal que el perro lo pase mal, pero trabajándolo de forma respetuosa, podrá usarlo sin problema en las situaciones que sea necesario. Bien ajustado, el bozal no produce dolor. Y si se elige un bozal adecuado podrá jadear, beber agua e incluso comer chuches. 

El bozal puede tener diferentes usos así que un perro que lo lleve no tiene por qué tener problemas con otros perros o personas.

A menudo escuchamos esta recomendación, especialmente en cachorros. Los perros experimentan con la boca, especialmente en sus primeras fases de vida. Poniendo el bozal no solo impedirás que se desarrolle correctamente si no que además generará malas experiencias. En el único caso que es recomendable es cuando realmente su salud está en peligro y sólo mientras se hace la terapia adecuada.  

Romper cosas en casa es un síntoma. Poniéndole el bozal simplemente impedirás que pueda hacerlo, pero las causas permanecerán. Además, dejar a un perro sin supervisión y con bozal es extremadamente peligroso, pudiendo llegar a asfixiarse. Si el can rompe cosas, habrá que valorar si es ansiedad por separación, estrés, algún problema clínico o si es un cachorro sin el suficiente enriquecimiento ambiental

Este tipo de “estrategías” proceden de metodologías desfasadas. Si un “profesional” te recomienda esto, no deberías fiarte de sus consejos. 

La terapia para superar esos miedos debería ser progresiva y buscando siempre que el perro se encuentre bien emocionalmente. Llevarle a algún lugar donde hay otros perros y soltarle le hará enfrentarse a algo para lo que no está preparado y, peor aún, al llevar bozal se sentirá todavía más indefenso. Como si a tí te pusieran una camisa de fuerza para caminar por un callejón oscuro lleno de peligros.

Referencias
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Diccionario Fundación SrPerro Colega
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